El pasado 29 de septiembre tuvo lugar la tercera sesión de la nueva temporada del Club de Innovadores, que contó con Pablo Vidarte, fundador de Bioo, como ponente invitado.
El interés en la ciencia y la tecnología de Pablo Vidarte ha trascendido lo teórico para convertirse en hechos que aportan la posibilidad de transformar el futuro. Entre sus creaciones destacan: las baterías biológicas que se “enchufan” en el suelo para generar electricidad, de manera natural, a través de los microorganismos naturales del subsuelo; e Interruptores biológicos que se activan mediante la interacción con las plantas.
Vidarte también ha liderado desarrollos de hardware de geolocalización, software de inteligencia artificial evolutiva y sistemas para la generación orgánica de hidrógeno en ríos para aplicaciones de combustible limpio.
Vidarte explicó cómo nació Bioo “Fue durante un sueño. Fue un sueño muy lúcido en el que incluso pude tocar cosas y verlas con una definición aún mayor que en la vida real. Entonces vi que debajo de los cultivos había cables y que producían energía con la naturaleza. Después de todo, las plantas están creando energía, y ¿por qué no recolectamos energía de las propias plantas?”. A partir de ahí, Pablo puso en marcha un prototipo con el soporte de voluntarios formado por ingenieros y profesores de universidad.
Pablo Vidarte también nos contó su visión sobre la creación de los primeros edificios y ciudades biotecnológicas del mundo con tecnologías potenciadas por la naturaleza. Su misión es crear una transformación biotecnológica, uniendo naturaleza y tecnología a través de soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida.
Una sesión realmente interesante que a continuación compartimos en formato entrevista.
¿Cuáles son los orígenes de Bioo y cuáles son sus planes para el futuro?
Bioo nació de un sueño que tuve, en el que se generaba electricidad de la naturaleza. Las baterías biológicas en entornos controlados existen desde los años 70, pero no se podían aplicar a sistemas abiertos naturales porque se contaminaban y, en muy poco tiempo, dejaban de funcionar.
A lo largo de nuestra investigación, en Bioo descubrimos mecanismos para lograr que esto no sucediera. Los primeros prototipos funcionales los hicimos entre 2014 y 2015. De 2015 a 2017 hicimos los primeros escalables en entornos exteriores en grandes volúmenes. Entre 2017 y 2020 desarrollamos Bioo Panel. Posteriormente, Bioo Sensor, que sigue funcionando a día de hoy.
En Bioo queremos formar parte de la revolución biotecnológica, y a ser posible, liderarla. Por eso hemos investigado y trabajado en soluciones transformadoras y naturales. Todos queremos un mundo moderno fusionado con la naturaleza, no conformarnos con vivir entre paredes de hormigón.
Queremos transformar las ciudades en ciudades biotecnológicas, y en algunas zonas de España, Francia, Reino Unido o Alemania, ya lo estamos haciendo.
En los próximos años queremos centrarnos en la agricultura, y de cara a 2050 nuestro foco estará puesto allí con el objetivo de conseguir reducir el 1% de las emisiones de CO2 previstas para entonces.
¿Cuál cree que ha sido la aplicación más impactante de Bioo hasta el momento?
Bioo ha desarrollado dos tecnologías que fusionan naturaleza y tecnología: los interruptores biológicos (plantas que actúan como interruptor para activar la luz o el sonido), cuyo futuro está en las ciudades sostenibles; y las baterías que generan electricidad a través de la tierra y que tienen un largo recorrido, por ejemplo, en agricultura.
Creemos que ambas tecnologías causan un impacto importantísimo, tanto en la manera en la que nos relacionamos con la naturaleza como en la generación de energía. De hecho, el uso de la tecnología de baterías biotecnológicas, además, provoca un ahorro de agua del 50%, una reducción del calor de hasta 4 grados y la absorción de CO2 en más de 300 g por metro cuadrado.
¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta la actual revolución biotecnológica?
La integración de este tipo de soluciones por parte de promotoras y gobiernos. No se está teniendo en cuenta que este tipo de aplicaciones revalorizan hasta un 20% el espacio de un edificio, e incluso pueden mejorar el bienestar en un 15%, y la productividad y la eficiencia de quienes trabajan en este tipo de entornos en un 20%.
Las empresas que incorporan este tipo de soluciones aumentan sus ventas hasta un 11%. Económicamente, aplicarlas tiene todo el sentido del mundo; lo que nos falta es darlas a conocer de manera masiva.
¿Qué beneficios destacaría de las ciudades biotecnológicas en relación a la calidad de vida de los ciudadanos?
Las ciudades biotecnológicas aportan numerosos beneficios. Para empezar, repercuten positivamente en la salud de las personas, dado que reducen el estrés y las enfermedades crónicas. La interacción con las plantas ha demostrado aumentar en más de un 15% el bienestar en las personas. Por eso, calculamos que son capaces de alargar la esperanza de vida en 12 años.
Como comentaba antes, además, el valor de los edificios en sí mismos aumenta, porque invita mucho más a la ocupación (un 23% más) y son mucho más atractivos para usuarios y turistas.
El último aspecto, también muy importante, es que responden a unas necesidades climáticas urgentes. Evidentemente, no contaminan y toman sus recursos de la propia naturaleza, por lo que los beneficios en ese aspecto son claros.
¿Cuál es la manera más efectiva de desarrollar la innovación en una empresa?
Desde mi punto de vista, lo importante es que la innovación se imponga en todos los departamentos, que no pertenezca exclusivamente al departamento de I+D. Cada persona, cada trabajador, debe tener sus KPIs vinculados a la innovación, también en departamentos como Marketing, Recursos Humanos, etc. De lo contrario, la innovación no avanza y no se incorpora a la empresa.
¿Cuáles son los principales errores que cometen las startups/empresas a la hora de innovar?
Sobre todo, vender un producto o servicio antes de tenerlo, y no estimar bien los tiempos y costes que esto implica. Esto lleva a que se ahorre en aspectos en los que no se debería ahorrar, como es el equipo humano, que es quien va a crear la innovación. Muchas empresas se centran en rebajar tiempos y equipos cuando lo que tienen que hacer, precisamente, es aumentar el equipo para que esto suponga un ahorro de tiempo.
¿Qué mejoras en eficiencia y sostenibilidad ve para la industria de la lavandería en los próximos 5 años?
Además de Bioo, otro de los proyectos biotecnológicos en los que estoy involucrado tiene como objetivo reducir el impacto del plástico en la industria de la lavandería y evitar su conversión en microplásticos que corren el riesgo de llegar a los océanos.
En los próximos años veremos muchas innovaciones en esta industria. Creo que dentro de 10 años tendremos un modelo de industria totalmente diferente al de hoy en día.
¿Cómo se lavará la ropa el 2050?
Pues no lo tengo muy claro. Lo que sí creo, honestamente, es que no será como lo estamos haciendo actualmente, generando un residuo que llega a ríos o mares…Habrá otros inconvenientes, pero creo que habremos conseguido eliminar esta parte en concreto.
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