El 29 de junio, el Club de Innovadores acogió una nueva sesión con Mireia Barba, CEO de es im-perfect y presidenta de la Fundación Espigoladors.
Mireia Barba es licenciada en Ciencias Empresariales y Educación Social. En 2014 cofundó junto a otros dos socios la Fundación Espigoladors, de la que actualmente ocupa el cargo de presidenta.
La Fundación Espigoladors es una organización sin ánimo de lucro que lucha contra el desperdicio y la pérdida de alimentos y empodera a personas en riesgo de exclusión social de una forma transformadora, participativa, inclusiva y sostenible.
Al mismo tiempo, el modelo de Espigoladors está íntimamente ligado a los principios de la economía circular, un nuevo cambio de paradigma que pretende alargar la vida útil de los productos y maximizar su uso, al tiempo que reduce la generación de residuos.
Actualmente dirige Es im-perfect®, una empresa de inserción laboral y transformación del sistema alimentario vinculada a la Fundación Espigoladors. Como marca de conservas vegetales comprometida con la sustentabilidad ambiental y la justicia social, su planta procesadora elabora patés, mermeladas, compotas, cremas y salsas vegetales a partir de frutas y verduras locales descartadas del circuito comercial por diversas razones.
En Es im-perfect® reinventan estos productos y les dan un nuevo valor y una segunda oportunidad a través de un modelo sostenible, basado en los principios de la economía circular.
1.- ¿Qué ha representado en tu recorrido la iniciativa de Espigoladors?
Promover un proyecto con impacto social y ambiental era un sueño vital. La experiencia de estos casi 10 años nos ha demostrado que el modelo de Espigoladors funciona y es transformador. En nuestro día a día pasan muchas cosas increíbles: impartimos talleres en escuelas e institutos, y escuchar como las niñas y los niños proponen soluciones al nivel de futuras personas emprenedoras sociales y políticos, te hace confirmar que la educación es transformadora. En los campos, mientras tanto, voluntarios y voluntarias espigadores están recuperando alimentos para que otras personas se puedan alimentar de manera saludable y, a su vez, se convierten en prescriptores de un movimiento que fomenta la cultura del aprovechamiento y que vuelve a conectarse con la tierra, con el origen de los alimentos. Esto es posible, también, gracias a una red de productores y productoras comprometidos con el medioambiente y la sociedad.
Paralelamente, en el barrio de San Cosme del Prat de Llobregat nuestro obrador abre los fogones cada día a las 6.30 para elaborar las conservas vegetales es im-perfect® y cierra la puerta a las 22.00h: en este laboratorio de innovación para el aprovechamiento alimentario, como nos gusta llamarlo, personas en situación de vulnerabilidad dan una segunda oportunidad a frutas y verduras imperfectas, y viceversa.
Cada día, cada instante, pasan cosas con impacto tan positivo y transfomador que se convierten en bocanadas de fuerza para seguir luchando y avanzando hacia adelante.
2.- Primero Espigoladors y después es im-perfect … ¿cómo lo conectas?
La Fundación Espigoladors es una organización sin ánimo de lucro que desde 2014 trabaja para el aprovechamiento alimentario y el derecho a una alimentación saludable y sostenible de una forma transformadora, inclusiva, participativa y sostenible. La actividad que les da nombre y que es el punto de partida de todo el proyecto es el espigueo. Esta práctica consiste en la recolecta, en convenio con el sector primario y en colaboración con personas voluntarias, de frutas y verduras que son descartadas del circuito comercial a causa de los excedentes de producción, el decrecimiento de ventas o por cuestiones estéticas. Todos los alimentos recuperados se distribuyen a entidades sociales y a servicios de distribución de alimentos que trabajan para garantizar el acceso a una alimentación saludable para personas en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, elaboran, en un obrador propio, conservas 100% naturales y vegetales bajo la marca es im-perfect®. El obrador, situado en el barrio de San Cosme del Prat de Llobregat, es a la vez un laboratorio de innovación para el aprovechamiento alimentario y una empresa de inserción que genera oportunidades laborales para personas en situación de riesgo de exclusión social, principalmente de este barrio, uno de los más vulnerables del área metropolitana de Barcelona.
La generación de nuevos estudios que ilustren la problemática de las pérdidas y el desperdicio alimentario, y la realización de actividades de sensibilización y concienciación, es otro de los pilares fundamentales de Espigoladors. En esta línea, impulsan proyectos educativos en escuelas e institutos, campañas de comunicación, talleres de cocina de aprovechamiento y programas de formación para agentes del sector agroalimentario, entre otras acciones. La asesoría a empresas en la elaboración de planes de prevención para reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario es otra línea de trabajo de la entidad.
3.- ¿Hablar de educar contra el desperdicio alimentario es también hablar de circularidad?
La educación y sensibilización sobre las pérdidas y despilfarro alimentario es una de las grandes áreas de acción de la Fundación Espigoladors. Cuando hablamos de este problema lo hacemos con un enfoque de circularidad.
La generación de nuevos estudios que ilustren la problemática de las pérdidas y el derroche alimentario y la realización de actividades de sensibilización es otro de los pilares fundamentales de Espigoladors. Por un lado, trabajamos en la elaboración de nuevo conocimiento y participamos en redes institucionales y de actores para generar influencia. Por otro lado, realizamos acciones de sensibilización para promover la cultura del aprovechamiento alimentario entre la ciudadanía en general: proyectos educativos destinados a niños y niñas y jóvenes, talleres de cocina de aprovechamiento, proyectos de participación ciudadana o campañas de comunicación a través de las redes sociales.
El trabajo con niños y niñas y jóvenes es fundamental para nosotros: creemos firmemente en la educación como la herramienta de transformación social más importante que tenemos y, también, que hay que dedicar más tiempo a escucharlos. Ellas son el futuro y tienen mucho que decir. A través de los talleres a escuelas y otros proyectos educativos (Premio, ApS) fomentamos esta vertiente más participativa y nunca nos dejan de sorprender las ideas innovadoras e imaginativas que proponen estos jóvenes. La emergencia climática es un tema que los toca de cerca y uno de los retos a los cuales se tendrán que enfrentar estas generaciones, y esto pasa para reducir el derroche alimentario: a menudo no somos conscientes de la gran cantidad de recursos naturales que estamos derrochando cuando tiramos alimentos, o que el derroche alimentario es el causante del 8% de las emisiones de CO₂ a la atmósfera. Nuestro papel es hacer llegar este mensaje, no solo a la ciudadanía en general para promover cambios de conciencia, sino también a las instituciones públicas, porque sobre todo hacen falta propuestas valientes, reales y que incidan a la raíz de esta problemática.
Además de las acciones comunicativas y educativas que llevamos a cabo, el espigueo es también una herramienta muy potente de sensibilización: acercamos personas en el campo y damos visibilidad a la tarea del sector primario y a la problemática de las pérdidas. Mucha gente desconoce que por ejemplo, a unos 10 km del centro de Barcelona hay una extensa zona agrícola, el Parque Agrario del Baix Llobregat, y acercarse a esta realidad comporta inevitablemente un cambio de chip en hábitos de alimentación y consumo en pro del producto local. Otro de nuestros mensajes es, pues, fomentar este cambio necesario para garantizar la supervivencia de nuestro campesinado, uno de los sectores más precarios de nuestra economía.
Finalmente, reivindicamos el derecho a una alimentación saludable y sostenible para toda la población. Un derecho universal, que aparece recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero que está lejos de ser garantizado, ni a casa nuestra ni al resto del mundo. Un concepto que no solo hace referencia a la ingesta de calorías, si no que contempla el hecho de poder escoger como alimentarse y hacerlo con medios propios, y teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad, accesibilidad y adecuación nutricional.
4.- ¿Dónde estaremos de aquí a 10 años?
Siempre decimos que el fin último de Espigoladors es desaparecer, porque esto significaría que ya no existe ni las pérdidas ni el desperdicio alimentario. Pero teniendo en cuenta que esta es una realidad muy difícil de conseguir, Espigoladors quiere seguir replicando su modelo para que cada vez sean más las personas de distintos territorios consciencias sobre las causas y consecuencias de las pérdidas y el desperdicio alimentario y dispuestas a pasar a la acción por el aprovechamiento alimentario.
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